Seguimos siendo la Revista Jugar.
Una publicación crítica, satírica y blablablá.
Los dos primeros números no estuvieron mal, ga-
namos 35 euros con ellos, creemos. La cultura con-
tinúa siendo una mierda.
El problema ya no son tanto las
señor@s como las nuevas ge-
neraciones crieitivs, ambas
creen que pueden pintar como
Munch. Ni muncho menos.
Nuestra opinión em-
pieza a valer algo. Seguimos queriendo reir-
nos de ti, y empieza a darnos igual que apren-
das a pensar. Porque para saber que Bruno
Munari era igual de normie que David Carson no
hace falta leerse los libros de Gustavo Gili.
En este número nos centramos exclusivamen-
te en lo que rodea al mundo del diseño, en todas
sus vertientes malolientes. Haciendo especial hin-
capié en la hiperespecialización del sector, que no
convierte a los diseñadores más
en que herramientas, totalmen-
te inútiles creativamente hablan-
do. Diseñadores sin capacidad
intelectual para llevar a cabo pro-
yectos propios de calidad*.
En definitiva, creativos sin capaci-
dad creativa. Llamar la atención sobre cómo toda una
generación fue atraída con el cebo de la independen-
cia intelectual a un mundo totalmente dependiente.
*Como esta
maravillosa publicación
La revista Jugar es una publicación periódica, crítica, satírica e hiriente.
No es una revista académica,
es polisémica
El juego se complica, la zancadilla ya te la haces tú solo. La ironía, sarcasmo, los dobles
sentidos, el apropiacionismo, etcétera, va seguir ahí. Dejad descansar a Cruz Novillo.
Empiezo a pensar que no soy tan simpático